jueves, 2 de abril de 2009

La luz escrita

Öl auf Leinwand, Christian Rothmann

-dedicado a Wim Wenders, quien me dio una nueva visión del mundo
y sus alrededores-


Luz, ausencia imaginaria,
cuerpo pictórico,
afloras en el color no dominado
con actitud desafiadora.

En los tiempos góticos
se unían las sombras,
cuando renacimos
llevamos consigo luces.
Fué cuando buscamos
la pretensión de las máscaras
y la estética,
que se creó una batalla
entre la claridad y lo reluciente.

Buscamos en cada arte un Dios
porque la luz contenida
hace visible su transparencia
su claroscuro
su oscuridad
su densidad,
paradisíaca o apocalíptica existencia.
Porque vemos inédito el hecho de verlo
y cuando lo vemos
estamos en el cielo o en el infierno.

2 comentarios:

Zéla dijo...

"Juana la loca: ¡Que maravillosas las palabras que le dedicas a Win Wenders, y sobre todo, no dejo de asombrarme de la capacidad que tenemos de compenetrar con otro ser humano al que no conocemos, y que jamás hallaremos en una avenida caminando a nuestro lado. Y aún así, podemos sentirnos cercanos, revisamos las cosas que nos han brindado, y les sonreimos cada que los topamos en el cine, en un artículo o algún libro.
Pd. Además es la primera vez que leo algo de vos. ¡Fue sublime! Esperemos que las palabras no tarden en reencontrarse con su mano.

Beto Dreizehn dijo...

El claro... El oscuro... El demiurgo... Principium et finis... Ego sum Alpha et Omega...