Melancolía no ha aparecido por aquí.
Sólo la duda. Dos palabras para justificarla: amor, tiempo y distancia.¿O es entusiasmo?...Otra vez el mismo aburrido cuento.
Apresurada me encuentro.
Lo triste de la felicidad es que su tiempo es rápido y yo por esso soy rabiosa al revés, es decir, triste. No sólo pasa, debe pasar, sino que camina a paso gandalla, aplastando todo por sobre el feliz, sin detenerse sólo viene de vez en cuando, cumple su encomienda y es lo único que le importa.
Te regocijaste en mi espacio sin mi. Fue difícil, pero me contuve y soporté. Al amanecer tuve las ganas de cumplir ya a tiempo una alegoría utópica de hacer la vida por mi propia cuenta. De sólo reproducir una casa como ésta, la de mis padres, donde yo sólo vivo como hija de familia, y lo demás vive fuera de mi intención.
Así como impugno al tiempo por su premura absurda, yo también deseo, más no lo hago, por ser imposible, correr esforzadamente en la rueda de las etapas que la vida nos tiene preparados. Lamentablemente, los años se cumplen por años no por desición propia. Algo así como el conocimiento universal que Sor Juana aceptó haberse encerrado en él para esse camino largo. ¿Será que mi miedo al futuro se disuelve a partir de la vigencia de verme completa y pronta? ¿Qué va a ser de mí? ¿Haré lo correcto para realizar aquella alegría que se me antoja para mantenerme terrícola? Ser figura humana integrada por recuerdos y desintegrada por los mismos, haciéndome mas fuerte gracias a lo que no me mata pero me arroja al suelo. Sin obstruir la condición sublime de soledad, llegar a vieja y decir sin el miedo por lo desatinado, por lo no predecido, con la seguridad y dejadeza de ver a gusto los años pasar. Exclamar "el amor podía ser un sentimiento más reposado y profundo que la felicidad desaforada pero momentanea"Pero a éstas alturas muy bajas de latitud, altitud y prontitud, me entumo, me encojo y entiendo: si me tocas se quema mi piel. No lloro por mí, no me siento fatal por mí, no quiero morir por mi. Entiendo: el amor no basta. Sí, en definitiva hay cosas más fuertes como la cabeza que no se controla en locura, la pobreza y las introyecciones(esso último no lo entendí), cómo la sorpresa que aún no tiene la cara de mamá cuando le platique acerca de...Si el pensamiento no puede conocer sus propios límites y en última instancia tampoco puede transmitirse, sí el pensamiento a la vez es lo más humano e inhumano del hombre, ¿qué sentido tiene pensar? Lo mismo me pregunto George Steiner, pero mi lástima cambia la pregunta ¿de qué sirve amar si la muerte es la mejor conquistadora de la vida?
lunes, 6 de agosto de 2007
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