lunes, 6 de agosto de 2007

MARAÑA

Me veo inútil.
Y sin embargo lleno espacios de colores, negros o blancos. Físicos con arquitectura de mal gusto, blandos y abstractos.
Contando esto, tal vez un sueño, de los que no hayan lugar más que en la Iglesia de la imaginación de uno y en el movimiento independiente de las capacidades corporales, creativas, filosóficas y científicas. El individuo como ser extraordinario sí es un loco sabio que se mueve en diagonal, en vertical, horizontal, en cruz, hacia adelante pero siempre dentro y afuera de los cuadros del tablero; reuniéndose con horizonte, pasos hacia adelante, reuniéndose en la oscuridad, pasos hacia atrás. El loco sabio individual, extraordinario pero sólo uno, no con un acompañante que se quede en el camino, que se conserve a su lado, que lo rebase. Execiable soledad creadora, funcional, silenciosa, observadora y después, sin levantar el tono pasivo, habla.
Tú y el tiempo,
pensares cotidianos de la vida vivida y pensada.
El tiempo sólo sigue mientras una estatua gigante es erguida en el desierto del devenir y del permanecer ¿Y las palabras? Fuertes, se mantienen internas para aparecer como el conjunto de letras estructuradas con todo y espacios para, algún día, ser decodificadas por el lector. Descifra. Lea.
Soy inútil. Al principio Hesse no era más que una excepción. Decía que no encajaba con muchas invenciones terrenales de los terrícolas, pero estaba equivocado. Claro que congeniaba con algo en este mundo, congeniaba con la mayor caracteristica del hombre: la locura.
Indiferente, cínico, vicioso, casado con la soledad y amante de un cielo como el de ahora: de piel blanca, de fisionomía lánguida y frágil. Su espiritualidad odediente pasaba por el cadáver de la religiosidad. Tal vez él si fue de los que platicó con Dios en su Iglesia, por eso saliendo de ella y del ciber espacio de la compañía sontenida en montones de libros, en miles de colillas biodegradables de cigarro, en sus hijas cenizas y en los barquitos contenidosa en las botellas de vino, todo lo pinchaba. Y sí todo es el mundo, entonces tenía mucho que ver, oír, saber y pensar.

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