domingo, 22 de julio de 2007

Alegoría

De saber que ibas a desaparecer, hubiera tomado las riendas del carruaje y guiar los caballos negro y blanco hacia ti. Retornando a tu lugar, jugando con mi suerte y apostando toda palabra que ante tu desprecio se transformara lánguida. Ofendo a Dios, pero mi muerte está siendo preparada.

No hay comentarios: