Toronja y naranja líquidas no son aceite y agua para no mezclarse, pero allí yacen: sedimentadas, el naranja amanecer junto al toronja atardecer y essa descripción gráfica la crea en su mente mientras sus manos prosiguen para convertir éste amanecer-atardecer en un medío día contaminado por nopal, papaya, semillas y apio revueltos en la licuadora. Medío día, caluroso y deslumbrantes rizos solares. La licuadora funciona.
Ésta monarquía de solfeos, debí haber sido músico. Debí haberme conocido essa otra conexión directa de inteligencia, sentimiento y acción. En otra vida humana, tal vez, será. Sólo por hoy y ahora no queda más que zalemarear a la música y respetar, en el verdadero significado del verbo, a los que crean esse oir y le da competencia armoniosa a los sonidos naturales del favonio y vaharadas de la nada.
lunes, 23 de julio de 2007
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